En este momento, justo en este momento presente. ¡Sí! Y en lo profundo de nuestra alma también.
Siempre el oxígeno de la sobriedad y bondad nos ha querido conquistar… solo que hasta ahora la memoria se ha ido encargando de unir esas rutas que habían cambiado su posición.
Es potencial que nos une como apasionados de aventuras espirituales. Es el paso y el baile que efectúas arriba, entre las paredes de esta superficie y más allá de conceptos. Te mueves y nos dices cómo hacerlo.
No es que sean creaciones o composiciones nuestras… ¡Eso no es así! Guías nuestros dedos y susurras en las neuronas de la vida.
Te sientas allí con tu café o té y nos vas abrazando con los mismos enlaces de transmisiones e instrucciones genéticas.
La maqueta o proyecto (como te guste nombrarlo) está arriba, y al mismo tiempo está abajo, en la parte de arriba de nuestro cuerpo… allí en la mente…
¡Claro que son como una misma entidad! La única descripción limitada y personal que podemos dar es esta: “es una especie de proyección arquitectónica que quema el pecho. ¡Muy fuerte! Así se manifiesta hasta lanzar chispas en el vientre”.
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Dibujo: Freepik
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