Un despertar ventoso y familiar. Ningún espacio para el tiempo, ni para las sensaciones incongruentes de ansiedad, solo un cálido trayecto.
Allí, solitos, con sonidos y amarillo desde Arriba, con alimentos y canciones, con té y alegría en papel.
Una caminata ventosa y tranquila. El verde responsable de pisadas relajadas.
Preparación espontánea de bocadillos caseros, muy del corazón.
Pláticas, anécdotas y risas que solo un 01 de diciembre se pudieron percibir y hacer tan del hogar.
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Fotografía: Freepik