ADN Energético

Mi amigo el gato


Me fui asomando como un niño puro que ve el amarillo radiante apuntando en todas direcciones… Después me di cuenta de que algo me pesaba en el cabello: ERA UN GATO.

Pero no era un gato cualquiera, era como un humano, en sus ojos se veían universos muy claros. ¿De dónde venía? Ni idea, pero parecía que le gustaba actuar de sombrero. No se me despegaba.

Había leído que a los gatos se les consideraba como animales poco sociales, independientes y solitarios, pero si todo marchaba bien, podían llegar a ser afectivos y vinculantes. 

Creo que este gato misterioso estaba buscando una verdadera amistad, al menos es lo que mi intuición decía.

Este acontecimiento me causó ternura y por eso comenzamos a ser amigos. Nos hablábamos con sonidos y gestos. Nos apoyábamos y guiábamos. 

La gente se sorprendía de siempre ver al gato arriba, sin despegarse. En muy pocos momentos  se bajaba para hacer sus quehaceres personales pero siempre regresaba. 

Había algo en este felino, inquietante y sincero, una especie de devoción y pureza. Comencé a aprender de su sabiduría, de su gracia, y este, a recibir mi confianza y amor…

Aún no sé de dónde procedía este pequeño león, pero no me incomodaba que estuviera siempre arriba. Estábamos CREANDO una amistad real y eterna.

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Noticias Mi Ciudad
Dibujo: Vini Nicho Ilustrador

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