Hay un campo de energía que rodea completamente el cuerpo… Es un magnetismo que constituye el equilibrio en toda esta Tierra… equilibrándonos en UNIDAD.
El desequilibrio solo llega cuando el movimiento está apagado… pero nuestros pensamientos pueden cambiar las vibraciones para crear la realidad que deseamos.
No hay mentiras… las mentiras las han traído otros para que abandonemos el bello sentido de la vida… Lo cierto es que la sincronización del pensamiento levemente nos chinea, nos ama, nos recuerda ese bello campo que somos, del que muchos quieren llenarse.
Todo comienza a organizarse, como si cada persona en nuestro camino nos conociera y entendiera nuestra composición interna. Allí vemos cómo todas esas sensaciones se vuelven la inspiración de uno y muchos.
Todo cambia, se mueve, nos enseña, nos impulsa, nos da libertad… Todo esto y más sucede cuando nuestro campo electromagnético nos deja ser nosotros mismos.
Luego llegan las percepciones… esas que nos hacen bailar entre dos mundos: uno que parece conocido, con códigos obsoletos, en el que vamos perdiendo el interés porque está colapsado, sucio, vacío… Y otro en el que poco a poco le damos bienvenida…
No sabemos aún muchas cosas de ese nuevo espacio. Parece irreal pero se va acercando, trayendo nuevos aires, nuevos amores, nuevas pasiones… Es el nuevo hogar.
Si sintonizamos nuestro campo electromagnético, sintonizamos nuestro carruaje de luz llamado: merkabá…
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Dibujo: Freepik
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