Mi Ciudad Saludable

Grandes letras


Los sonidos, las frecuencias, las palabras… Grandes maestras que pueden cambiar el ADN.

Nuestra salud se ve expuesta ante el poder de la palabra, responsable de cambiar los códigos genéticos.

Actuamos como bioordenadores, transmisores de información en forma de ondas que cambian el comportamiento de las células.

Si estudiamos el campo de la lingüística, observamos que ésta se encarga de estructurar los idiomas… Aquellos que conocemos en cada nación y los creados artificialmente por los ordenadores.

Así también nuestro código genético comparte las mismas reglas que la lingüística; en expresión, forma y contenido.

No es por nada que las afirmaciones positivas, los mantras y las plegarias son poderosas. La repetición sistemática de palabras o frases actúa sobre la propia salud y la de los demás.

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Dibujo: Freepik
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