Emisarios de Ilusión

Punta Cana, República Dominicana: Melodía en el Universo


Mi esposo y yo nos acordamos que hace como 9 años estuvimos trabajando fuertemente en un hotel en Punta Cana, República Dominicana. De hecho no visitamos la playa ni nada de lo que ofrecía. Estuvimos en una sala llena de reuniones, conferencias, etcétera. Hubo mucho estrés. No apreciamos nada, todo lo veíamos muy pesado y gris. Las anécdotas no fueron muy agradables.

Esta vez tuvimos que regresar para unas labores pero sí tomamos un tiempo para disfrutar en familia e hicimos que cada momento tuviera un propósito y que estuviera lleno de alegría, vida, sentido y misión. Además todo era diferente. Algo cambió en nosotros y en el país. Hubo una conexión especial con las personas, con los lugares, con el ambiente.

Regresamos a un resort donde habían muchos espacios para que los niños disfrutaran. ¡Qué lindo ver a las familias compartir! 

Además la playa era hermosísima y riquísima. ¡Qué privilegio haber podido estar en este lugar y sonreír mucho en familia! No tenemos respuestas a muchas cosas, pero sabemos que todo es muy bueno y nada es imposible. 

Habían piscinas para niños y también mini bar para ellos. Era un lugar de entretenimiento, relajación, felicidad, amor y sonrisas. Los lagos y jardines eran espectaculares y estaban ubicados cerca de las canchas de golf.

¡Oh Punta Cana! Eres, fuiste y serás una hermosa y sincera melodía en el Universo. Te vamos a extrañar. ¡Gracias por estos días tan espectaculares!

Por otro lado, llegamos a Santo Domingo para conocer un poco de la ciudad colonial. Más historias. Un encuentro del pasado, presente y futuro. Estuvimos ubicados muy cerca de la marina, con vistas al puerto… 

La vista desde el apartamento era muy bella, más porque el desayuno fue preparado por nosotros y también disfrutamos de unas galletitas que nos regaló un suizo. ¡Simplemente un deleite!

¡Qué vacaciones! Hace mucho no disfrutábamos de algo así. Y no es malo, simplemente hay que encontrar los momentos y también el balance en la vida. Aprovechamos para que mi esposo y Esther se hicieran un corte de cabello (ya era necesario). Luego Esther estuvo entretenida en sus juegos mágicos que encontramos en un mall. Había tanto para los pequeños y como a ella le gusta eso, la llevamos. El abuelo (mi papá) la llevó a comprar ropa de niñas para ella y su primita. 

Nuevamente dimos un paseo por la ciudad colonial. Vibrante con sus edificaciones antiguas. Un sol que ponía a todos a bailar y a cantar. Tomamos fotos del Palacio Presidencial, de Mickey y Minnie en el parque. Tuvimos almuerzo en familia. Mojitos sin alcohol, cerveza Presidente, parrillada para ellos y tapas para nosotras.

A veces el cuerpo y el alma necesitan un poco de esto… Nosotros consideramos que no hace mal de vez en cuando y que siempre se puede combinar con el trabajo. Eso es salud, cuando hay un balance y cuando el proyecto de vida se alinea con todo. 

Hay que soñar y trabajar por construir/crear lo que se desea. Hay que materializar. Creemos en que todo es posible y que pueden llegar los mejores regalos para la humanidad. Solo hay que moverse.

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