Me aparto de la tecnología. Por momentos la soporto. Otras veces no quiero ni que aparezca.
Resisto a la comunidad. No se trata de ser antisocial. Es descansar el alma, primeramente, luego descansar esta vasija llamada cuerpo, que se desgasta poco a poco.
La energía baja. Sube a veces… pero… baja bastante. No es alarmante. Es una manifestación de sobrevivencia a cambios, desorden propio y de otros, bulla. Hay que nivelar, retroceder, recibir, escuchar…
Es el nuevo lenguaje del silencio… llamando. Una época de hibernación. Le dicen restauración. Pasar del invierno frío, gris y solo… a algo más colorido. Es un retiro individual que prepara todo para el verano.
Allí doy gracias al ser, al misterio, al mismo universo. ¡Sí! Gracias a todo eso que algunos piensan son solo fantasías. O fantasmas. O espíritus. O lo que sea. Pero doy gracias porque se revela y me calienta en ese frío. Gracias por la acción y también por la inactividad.
Gracias por el tiempo de “no hacer” y solo recibir. El tiempo tuyo y mío. El tiempo para ver el proceso de una hibernación a un florecimiento. Es experimentar una deliciosa salud con estilo. Punto.
Invernar, es el tiempo de espera en silencio las respuestas del Alticimo .nos. Da la oportunidad de conocer lo que está correcto y permite encontrar las respuestas a nuestras dudas. Conocer la naturaleza de las personas,y también compartir cuando se puede una opinión. Fue época de soledad pero siempre con la compañía de creador.tiempos de mucho aprendizaje . Soy feliz estudiante con nuevos rumbos a mi meta en Comunión con el Omnipotente Amen.