La tecnología ha venido jugando en nuestras vidas desde hace mucho, y si queremos ganarle, necesitamos detenernos, retroceder y comenzar, de una manera consciente y balanceada. El autor Tom Mahon explica que esto requiere la integración de las 4 P:
- Pausar: El reto más grande lo encontramos en la cantidad de información y presión, circulando por todo lado. Esto está provocando el peor de los ruidos, con dificultades para escuchar y escucharnos. Estamos saturados. Están pasando cosas de las que ni nos damos cuenta. Mucho contenido e imágenes nos están desequilibrando. La pausa llega para proveernos de compostura, para mirar la ruta de nuestra vida y el significado de nuestra existencia.
- Percibir: Si nos detenemos, captaríamos las interconexiones que pueden generarse. No es algo exclusivo de artistas o místicos, ahora es accesible a todos los que deseen ser parte del Universo. Unirnos a una existencia colectiva no es una opción, es una necesidad. El cosmos (o como quieran llamarle) sostiene toda nuestra presencia, por eso sobrevivimos juntos. Esto nos exige respeto y atención, así como escuchar, escuchar y escuchar. Percibirme, percibir al otro, percibirnos.
- Pensar (meditar): Un estilo que nació hace mucho ahora renace bajo una exigencia. Nuestra esencia nos está pidiendo conciencia de situaciones, personas, proyectos, relaciones… Cómo responder a ellos y cómo vivir con paz interna. Es una entrega a los detalles para conocernos y conocer al resto. Es un modo de relajación. Quietud y silencio. Agradecimiento.
- Practicar: Si bien es cierto somos cambiantes y las circunstancias no siempre son favorables, también es cierto que el recorrido por nuestro ser puede ayudar a calmarnos… y calmar a otros. Ser amables y practicar regularmente la bondad. Es una construcción diaria, con un mínimo de conciencia en pensamiento y acción.
Esto es solo una pincelada que podría ayudarnos para llegar a las profundidades del ser humano. Es tocar la mente. El Universo trabaja muy bien en esto. La alineación nos regalaría vida eterna, de lo contrario, sería pura catástrofe. Un equilibrio mental también es equilibrio en cuerpo y alma. Es todo.
