Cuando tenemos una visión, nuestro anhelo más grande es comunicarlo con urgencia y pasión. Es hablarlo desde la esencia y hacerlo sentir en el alma de muchos otros.
¿Cómo unirnos y quitar las divisiones? ¿Cómo hacer realidad la visión de adultos con llamas de niños?
Esa ha sido la aspiración de miles de almas con profesiones diversas, ubicados en ciudades multicolores, con sustancias de alegría, dentro y fuera.
Allí comienza la aventura del corazón, que mira un mundo lleno de bondad, destroza los miedos y quita el sufrimiento…
La redención, así se conoce, es esa nota armoniosa que ha despertado la música en el Universo.
Es la sincronización de eventos que fluyen por la unidad de algunos que han involucrado a otros para inspirar y retornar a ese «andar por la vida» con instrucción.
Gracias a muchos, llamados emisarios, el anhelo ha crecido con diversas iniciativas alrededor del mundo.
Un emisario no abandona sus sueños, deseos, talentos o proyecto de vida… sino que los utiliza en cada misión, en toda acción mental, física o emocional, muy dentro de su personalidad y con completa creatividad.
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Dibujo: Vecteezy
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