Emisarios de Ilusión

¡Bailar con ganas!


Hace algunos años, debido a un tema de salud, nos inscribimos en una academia de baile, pero allí todo era pesado y no había una motivación real.

Unos años después, en uno de nuestros viajes a Israel, tuvimos una experiencia muy extraña, por un lado fue un tiempo de baja energía pero al mismo tiempo de alta energía, sin embargo, hubo más alegría y energía inexplicables.

Esos meses allí sentimos como que el cuerpo solo quería moverse, nos colocábamos frente al espejo y comenzábamos a bailar, la música unas veces venía de lejos y otras veces la poníamos nosotros. Nunca antes habíamos experimentado algo así, los movimientos no eran nuestros.

Cuando regresamos a Costa Rica nos fuimos a vivir a una ciudad de paz y sanidad del alma, pero queríamos encontrar un lugar para bailar con ganas.

Llegamos a una academia que estaba en una casa vieja. Este lugar fue uno de los más grandes regalos. Nunca habíamos disfrutado tanto un lugar para poder expresarnos (solamente del Teatro Giratablas donde recibimos clases de teatro cuando éramos más jóvenes). No buscábamos ser mejores que nadie. Solo queríamos bailar, disfrutar, reír, aprender.

Desde que llegamos allí sentimos que fue como entrar a un mundo de sueños, de alegría. Fue el lugar para abrir el corazón, y aunque hasta la fecha nuestros pasos no son perfectos en ninguna de las disciplinas, los disfrutamos y nos reímos de nosotros mismos si algo no sale.

El baile ha sido una de las bendiciones más hermosas, pues nos permite trabajar ambos hemisferios del cerebro, nos hace personas más humanas, más amorosas, más llenas de vida. Si bien a veces hay desafíos, el baile nos devuelve el equilibrio y nos da armonía para el cerebro y el cuerpo.

Estar en el escenario y poder mover simplemente la energía, ya es suficiente para elevar el cuerpo y el alma. Y sí, a veces podemos bailar solos, pero bailar con otros también permite que se muevan las energías en el mundo y se acentúen vibraciones altas de AMOR, ESPERANZA Y PROGRESO.

Pero la historia no termina allí, en Holanda hemos tenido la oportunidad de formarnos con una gran profesora que también nos ha abierto las puertas con técnicas de tango, pilates, danza moderna, danza africana y bases de ballet. Con ella hemos también crecido, explorado nuevas áreas y compartido con bailarines de diversas nacionalidades.

Tanto el estudio en Costa Rica como el estudio en Holanda son ahora dos espacios para transmitir nuestra felicidad y llenar de energía cada rincón del mundo con cada paso. Nos ha encantado y nos sentimos muy muy pero muy agradecidos por estos momentos que refrescan grandemente.

Nuestros movimientos, individuales o grupales, son como alabanzas y agradecimientos al Creador de todo este gran Universo, incluyendo a los seres humanos con los maravillosos y distintos cuerpos y mentes que Él artísticamente trajo a EXISTENCIA.

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