Comenzamos el día desayunando en una cafetería, intentando tener la mejor actitud. Esther (nuestra hija) interactuó con un niño en la cafetería y de repente hubo más luz.
Después hicimos unas compras. Esther quiso que comprara un vestido de lentejuelas para estrenar el 31 de diciembre del 2022. Las vendedoras fueron muy lindas y me motivaron (porque ya a esas alturas del embarazo, todo incomodaba por ratos).
Tenía una semana sin dormir bien y además me entró una infección de vías respiratorias que me obligaba a toser de manera que acentuaba el dolor en mi espalda baja, entonces me dolía mucho.
Por cierto, me duró como un mes y la verdad se me quitó completamente porque después cuando nos mudamos de casa, uno de los constructores nicaragüenses me recomendó una bebida que me sanó. Él sabía mucho porque estuvo en el ejército y estuvo encargado de la parte médica entonces sabía todo tipo de fórmulas químicas.
Siguiendo con la historia, quise ir a comprar un poco de pólvora fría y luces de bengala antes del 31. Fui a un lugar en Cartago y mientras realizaba la compra, se acercó una de las trabajadoras y me dijo:
— No puedo evitar decírtelo, pero te ves hermosa.
—¿En serio? ¡Gracias! Porque así no me siento (entonces le conté todo lo anterior).
Justo en ese momento comenzamos a hablar sobre embarazos (ella ya había pasado por 3). En resumen me dijo:
— Es la luna. En esta época la luna tiene mucha influencia y hay muchas energías que se mueven en el ambiente por ser fin de año. De hecho muchos bebés se vienen antes. Tú relájate. Chinéate. Descansa. Es tu tiempo. El embarazo es todo un tema. No te estreses. Ya luego te vas a acordar de lo que dijo esta gordilla en Volcano.
Le agradecí, me fui y no pude dejar de sonreír. Fue un encuentro e historia de motivación. De verdad me sentía terrible y a veces hay personas que lo levantan solo con ciertas palabras y energía.
31 de diciembre del 2022
Aquí mismo continúo la historia. Nos acercábamos a un nuevo comienzo, a una nueva etapa donde iniciaba un nuevo año y que si proyectábamos lo mejor que queríamos, así lo obtendríamos.
En esta fecha decidimos hacer una pre inauguración de nuestro nuevo hogar. Invitamos a algunas personas, incluyendo a los trabajadores de nuestra construcción. Ellos estaban demasiado agradecidos por la invitación. Para ellos era una celebración diferente, estaban lejos de sus familias en Nicaragua y nosotros nos sentimos también agradecidos por el gran trabajo que habían realizado. Ellos estaban muy felices de ser parte de nuestra celebración.
Quisimos hacerlo de esta manera porque es nuestro nuevo hogar, estábamos a pocas semanas de hacer la mudanza definitiva en el nuevo lugar para recibir a la bebé. Tuvimos ese privilegio de amar allí, de continuar sueños, de seguir creyendo, de continuar con misiones, de agradecer a Dios por todo. Fue algo surrealista pero muy real.
Estuvimos rodeados de naturaleza, paisajes, colores de los amaneceres y atardeceres, de estrellas pero sobre todo de una paz y de una especie de luz que solo podía proceder de arriba. Fue algo así como estar en un templo contemplando al Creador, meditando, encontrando los mejores viajes.
Pasamos una noche muy agradable. En la madrugada, con un poquito de neblina, en un cielo negro lleno de estrellas y con una luna bella, pasó una lechuza blanca volando sobre nuestro rooftop. Luego llegó un gato a compartir con nosotros. Puro Harry Potter. ¡Ah! Esther y yo usamos los vestidos de lentejuelas, bailamos Backstreet Boys y otras canciones de los 90 junto a mi esposito, encendimos pólvora fría y luces de bengala. El amor de familia continuaba acá.
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