ADN Energético

Motivación espontánea


Iniciamos la búsqueda de un restaurante bonito. Después de pasar en medio de la naturaleza, decidimos cenar en uno de los restaurantes más hermosos del país. Su belleza estaba guiada por un frío romántico, candelas, luces reflejadas en espejos o vidrios y una vista panorámica con destellos de la ciudad. Por otro lado, las copas y el vino caían refrescando todo el escenario, transformando el lugar en un simple pero espléndido refugio de visitas.

Toda la familia levantó el rostro, pues la elegancia caminaba hacia la mesa. Una señora con ojos verdes, sonrisa llena de blancura y destellos, lentamente movía su boca. Manteniendo siempre su elegancia en una expresión corporal y dicción total habló:

―Qué lindo que nos hayan visitado en familia. Este lugar es mágico. La unidad comienza a danzar, la amistad habla y los momentos quedan como recuerdos. Por ejemplo, el amor en el matrimonio debe continuar. ¿Por qué solo cuando están en la fase de noviazgo se expresa un amor total? ¡No! Ese amor debe mostrarse en su máxima expresión, no olvidar nunca los detalles. Hay que conquistar siempre a la pareja. El amor es como dedicarse al trabajo social o a la medicina, siempre se quiere el bien de la otra persona, para hacerla feliz con nuestro máximo potencial.

Todos en la mesa estaban confusos, parecía como que el sol llegó a alumbrar y con un poco de música las emociones se despertaron con una motivación espontánea. Así como se escucha, de la nada, con temas fuera de lugar, pues cuando ella llegó nadie en principio se había interesado por las conversaciones, únicamente por su elegancia. Simplemente algo pasó y en un abrir y cerrar de ojos, todos comenzaron a disparar preguntas. De lo mucho que se habló, se pudo rescatar puntos interesantes. La dueña del restaurante continuó:

―Este lugar se levantó con esfuerzo y dedicación, hemos recibido muchas bendiciones, pero también hemos tenido que aprender a creer. Nosotros mantenemos a 32 familias y nunca nos ha faltado nada. Hemos tratado de creer siempre, en los sueños, en lo que hacemos, en las demás personas. Nuestra labor social también nos motiva porque podemos amar y mirar como esas sonrisas de otros parecen burbujas caminando en el aire. Aquí estamos, haciendo todo con mucha alegría y pasión. Siempre, siempre, siempre, siempre hay que creer en lo que uno hace y lograr que los demás también lo crean. Que se contagien, que los ojos brillen, que las mariposas corran en el estómago, que las manos se levanten como símbolo de victoria y cuando haya un prueba esta pueda ser simplemente una satisfacción por el aprendizaje.

El silencio estaba ganando, los ojos de todos parecían haber sufrido de contracciones y las bocas parecían que iban a sentarse sobre la mesa. Algo había en ella, podía parecer una charla de mercadeo, pero no. Estábamos completamente seguros que no lo era. Había una ternura, un instinto maternal, una gracia que motivó a todos en esa mesa. Sus empleados también lo tenían.

Ella se despidió, dio media vuelta y la luz quedó allí, compitiendo con las candelas, lámparas, chimenea y luz de la noche. ¿Motivación espontánea, momento inesperado y aprendizaje permanente? Definitivamente.

Christy Petri (Quesada Segura)

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