ADN Energético

Árboles


Los árboles me miran. Sus ojos crecen lentamente, camuflados entre su piel. Mientras camino, ellos me persiguen despacio. Estos giran sus cabezas y con el silencio planean travesuras.

Yo prosigo, atenta a todo movimiento. Escucho sus palabras en mis pensamientos. LLevo sus emociones en mis sentimientos. Siento como si estos fueran una pieza del rompecabezas, es decir, de mi cuerpo.

Un canto agudo inicia desde sus raíces y el sabor resbala desde sus copas hasta el suelo. Yo retrocedo, llego al medio y dirijo una coreografía.

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