Pasábamos por allí, en algún lugar verde de Costa Rica. Disfrutábamos de gran calor y luminosidad de ese ambiente tan nacional…
El carro tuvo que retroceder, no podíamos obviar ese detalle tan penetrante en los ojos: una conferencia de vacas.
Así parecía. ¿Pero de qué estaban hablando? Tenían aspecto sereno, como relajadas, pero al mismo tiempo una línea de complicidad con tonos de preocupación se dibujaba sobre ellas.
¿Será que los comentarios eran sobre humanos? ¿Disfrutaban de la vida? ¿Estaban descansando y contando historias?
¿Qué había detrás de sus pieles, entre sus ojos y en el silencio animal? ¿Qué objetivo tan importante llevaban en frente?
¿Acaso algunas estaban pensando y otras ignorando? ¿Estaban haciendo una especie de meditación?
¿Se habrán dado cuenta de nuestras miradas y preguntas? ¿Nos habremos conectado e intercambiado ideas?
Muchas preguntas se diluyeron dentro de nuestro auto, y poco a poco, llegaron los recuerdos de ese mismo polvo del que procedemos todos… ¡La vida! ¡Tan interesante y misteriosa!
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