Retsé

Historia XVII. Palabras que acontecen


En Ammán todo estuvo cautivante. Esa señora nos dejó su corazón impregnado en el ALMA. Verdaderamente deseamos que el proyecto elaborado en conjunto pueda ser puesto en práctica… Estamos seguros que el resto de las cosas serán “chocolate comido” (para endulzar las palabras). Ya es un gran paso con UNO solo que inicie cambios.

Mis amigos y yo comprendimos que cada día es un entrenamiento para mejorar y elevar nuestro SER… Somos responsables de usar nuestra energía para bien, y por supuesto, encontrarle sentido a esta existencia… Desde esa experiencia en Petra, algo pasó y no podemos obviarlo. Divad habla cuando quiere y debe, por eso a veces no hay que insistir, además Él deja que vayamos encontrando la ruta.

— Nunca pensé que esto iba a suceder… Esto y todo lo anterior. Es como surrealista. Es como si de repente te encontraras con personajes del pasado, o simplemente disfrutando de una vista en una pirámide, encontrando el balance para no caer… decía Jadá entusiasmada.

Giza 1

Mientras Jadá hablaba, algo comenzó a pasar… Sentíamos como plagas corriendo por debajo nuestro, como una alerta de temblor, o alguna sensación de vídeo juego… Jadá no paraba y se iba emocionando más y más, imaginando una cosa y otra…

— ¡Jadá! (le repetía Ariel una y otra vez) ¿No sientes nada?

Ella seguía. Era como si la hubiéramos perdido… Nosotros llamábamos su atención con gestos, con sonidos, con muecas, con todo y nada…

— Retsé… Ehhh… Creo que… Bueno, no puedo moverme mucho porque mi peso los puede perjudicar… pero… me siento como en el abismo… Solo sé que no estamos cómodos y por favor, no se muevan. ¡No se muevan!, decía Divad un poquito asustado.

Cuando Jadá finalmente terminó… percibió que estábamos en una pirámide, desbalanceados, en un momento ajeno y…

— ¡No! ¿Qué es esto?, dijo asustada.

— ¡Ay Jadá! Creo que eres especial… ¿Te acabas de dar cuenta que tus palabras tienen poder? Nada más no mires para abajo y no te muevas, dije riendo.

Giza 2

Algo había pasado en Jadá desde ese momento. Todo lo que comenzó a relatar, inició una transformación física, es decir, se comenzó a materializar… Fue ella, Jadá… No yo. Si de misterio o aventura se trataba, estábamos seguros que iba a seguir por alguna extraña razón que despertó.

Esta vez no fue mi culpa, no hice nada ni usé alguna técnica para teletransportarme. Llegamos a Egipto, absorbidos en su desierto por algún tipo de letra… algún tipo de canto… Estábamos en esa tierra atraída por visitantes… cautivados por su Río Nilo, por ese pasado que relatan las pirámides y templos, como legítimos cuentacuentos.

— ¡Wow! Siempre había escuchado las muchas historias de este país: de guerreros, faraones, dioses, momias, desiertos, ciencia, descubrimientos, religiones y más. Cada quien ofrece su versión y conocimiento, pero nunca la exactitud de los acontecimientos. Si nos ponemos a pensar en los muchos años transcurridos y experiencias de personas en distintos sitios, comprenderíamos que en realidad no conocemos nada… que aún hay mucho y somos pequeñas criaturas ubicadas en el mundo, explicó Jadá emocionada.

Giza 3

— ¡Ay Jadá! Mira donde nos trajiste. ¿Y ahora?, dijo Ariel preocupado.

— Ahora a caminar y conocer un poco por acá. ¿Verdad Divad? Ya tú nos dirás qué fue exactamente lo que sucedió, dijo Jadá decidida.

— ¡Ehhh seguro!, dijo Divad un poco angustiado por la metida de pata que provocó.

— ¡Ay chicos! Relájense… Como dijo el historiador griego Heródoto: «quien no ha visto Egipto no ha visto el mundo». Así que pies puestos a la obra…

Jadá parecía como si estuviera con extra dosis de dopamina. ¡Rarísimo!… pero bueno, así nos fuimos a conocer… Bien lo dijo Jadá… Ya esto iba a tener una muy buena explicación de parte de Divad…

Giza 4

Si quieres recibir nuestros escritos y llenarte de luz, puedes suscribirte aquí.

Para leer todas las historias de Retsé, da clic aquí.

 

Noticias Mi Ciudad

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.