Emisarios de Ilusión

Un viaje color rojo


El trabajo no siempre es sentarse y dejar que el momento se aproveche de uno, como si quisiera desgastar cada una de tus partes… De hecho, el trabajo no es algo que debería atarnos, por el contrario, debería ser nuestro proyecto de vida donde disfrutemos de una calidad integral… pero ya no sería trabajo, sería creación. Por eso los paseos en medio hacen bien para todos, porque cada paso que damos, es un viaje con nosotros y con otros que forman parte de nuestra historia.

Recordamos ese viaje en Port of Spain, Trinidad & Tobago… un paseo en lancha para ver los pájaros rojos… pero un paseo con latinos que vinieron de otra isla, con quienes pudimos tener un acercamiento… un bello contacto familiar: primero, no dejaron de hablar y segundo, fue impresionante la cantidad de bromas que hicieron.

¡No! Disculpen pero no. No fue un momento de humor cualquiera. Fue un tipo de energía de esas que no son de nuestro mundo. Uno de ellos comenzó a reír y llorar, luego siguió el otro y luego nosotros y el resto. Tampoco se trató de risoterapia grupal. Fue algo extravagante, como espiritual.

¡Silencio!… que los pájaros ya llegaron… ¡Silencio!… No pudimos aguantar. La risa continuó y las miradas también. Solo queríamos libertad. De hecho, esa fue la idea: sacarlos del país, de esas rutinas que a veces se vuelven prisiones. Nosotros también salimos, para servirles, amarlos y hacerlos sentir en casa… Todo fluyó… ¡Qué valor! Eso es lo que apreciamos: una lancha llena de sobrevivientes en Port of Spain.

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