Desde el 2013 hemos visitado Israel. En el 2019, llevamos a Esther de 4 meses. Durante los 2 años de pandemia no fuimos por razones externas. ¡Volver a estar allí fue como llegar por primera vez!
Estábamos muy felices porque este encuentro era con colegas (uno de nuestros clientes es una empresa israelí con la que hemos colaborado desde el 2013) y amigos con los que estamos muy conectados. Israel es nuestra TIERRA preferida por muchísimas razones y aquí nuestras almas y cuerpos vibran y bailan. Nos sentimos completos.
Después de haber tenido que esperar como un día y medio a que llegara nuestra maleta (porque algo sucedió en el vuelo y no llegó a tiempo), nos pudimos relajar verdaderamente y disfrutar de nuestro apartamento que caminando quedaba a pocos minutos de una playa llamada Bát Yám.
Siempre solíamos quedarnos en Jerusalén. Esta vez quisimos estar y conocer playas. Bát Yám está a pocos minutos de Tél Avív. Es una ciudad que está cambiando, con muchas inversiones y nuevos turistas que quieren conocer. Menos llena que otras playas.
Muchos años antes se consideró una ciudad débil y pobre, pero ahora los precios y el lujo se disparan, dando un dinamismo, renovación, innovación, frescura y sobre todo intentando quitar la mala reputación que han querido darle debido a las olas de inmigrantes que llegaron en el pasado.
Lo más emocionante fue poder conocer a nuestro amigo de conversaciones en hebreo y español. Él practica español y nosotros hebreo, ya llevamos aproximadamente 2 años de conversar.
Él y una de sus hermanas nos visitaron y nos llevaron a conocer a sus abuelos que viajaron por muchos países en el pasado y por eso hablan algunos idiomas. Yo hablé español y hebreo. Portugués no se habló. Mi esposo habló francés y español. ¡Fue muy especial porque nuestras almas se sienten en CASA!
También tuvimos la oportunidad de celebrar con ellos Shabát (día de descanso) y Pésaj (pascua judía), allí conversamos, comimos delicioso, conocimos a los padres y hermanos, Esther jugó con juguetes de una antigua guardería y con niños en el playground. Nos sentimos en familia.
Otro día nos encontramos con nuestros amigos costarricenses que ya son ciudadanos israelíes. Ellos hicieron aliyá (ascenso), inmigración a la tierra de Israel. Ellos han sido nuestros moré (maestro) y morá (maestra) en Costa Rica. Nos han enseñado muchísimo y guiado en temas del alma, de la Creación, de la vida judía.
Con ellos hemos tenido y tenemos siempre conversaciones profundas en diversos temas (no solo espirituales). Amamos los libros, las letras, los secretos, la conexión con Ds. ¡Estamos muy felices de este encuentro que no será el único y también de que estén en LA TIERRA!
Por otro lado, nos reunímos con colegas. Hemos colaborado por años para la empresa israelí eTeacher Group. Primero nos reunimos en un restaurante etíope y hablamos de diversos temas y por último sobre unos proyectos nuevos (personales en los que van a colaborar. Les cuento cuando se concreten).
Luego visitamos a una señora con la que trabajamos. Antes le traducíamos sus escritos (ahora supervisamos las traducciones que realiza nuestro equipo de traductores). Ella es escritora. Sus temas se dirigen a adultos y se enfocan en temas histórico/teológicos pero hace poco terminó un libro para niños y nos lo regaló. También lo tiene en español y quiere que lo lean quienes conocen este idioma. La autora se inspiró en su perrito Nacho para escribir sobre él.
También volvimos a viejos lugares. Por ejemplo a Old Yaffo en Tel Aviv que está lleno de callejones, galerías de arte, tiendas de artesanías, restaurantes mediterráneos… Fuimos allí hace mucho tiempo y pasamos otra vez.
Por supuesto, no pudo faltar nuestra visita a Jerusalén, al Kótel (Muro Occidental), al shúk (mercado), a parques con playgrounds para que Esther jugara, al Monte de los Olivos, desde esa primera vez que lo pisamos, hemos estado completamente conectados a este sitio. No sabemos cómo explicarlo.
El Monte de los Olivos es algo sobrenatural. Es magia que cae directo del cielo. Es la eternidad. La perfección. Según las profecías, la puerta grande, conocida como la puerta dorada, es la que abrirá el Mesías.
Esa puerta llega hasta abajo y algunos musulmanes no quieren ni creen que la abrirá, sin embargo, parece que sí lo creen porque tomaron medidas para evitar que se abra, cerraron la puerta con piedras y cemento.
Adicionalmente, colocaron muchas tumbas para impedir el paso del Mesías, porque, según la ley judía, un sacerdote no puede tocar cuerpos muertos. Sin embargo, esa estrategia no funcionará, porque se les olvida que el Mesías no es un sacerdote, sino un Rey.
Otra curiosidad. Resulta que esta señora es tica y se casó con un israelí… perooo lo gracioso es que es vecina en un lugar donde al igual que nosotros, compraron un pedazo de tierra en Costa Rica. No la conocíamos realmente hasta que mencionó una idea por el chat de vecinos y nos dimos cuenta que estaba en Israel. Entonces… la fuimos a conocer. Allí su esposo junto con amigos nos cocinaron al estilo israelí. Amamos conocerlos. Lo mejor: ¡Son y serán nuestros vecinos!
Claro que no pudimos dejar Israel sin antes visitar a nuestra amiga de años. A ella la conocimos en nuestro primer viaje a Israel. Tenemos visiones, proyectos, encuentros, gustos. Nuestras almas están conectadas. Ahora ya tiene una hermosa familia y bebé. Estábamos muy felices de volvernos a encontrar. ¡Solo fiesta!
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